Se nos ha ido un ángel.-
Se
nos ha ido, Doña Soledad Pignatelli, una mujer extraordinaria, admirable; una
señora de los pies a la cabeza; una dama siempre alegre y sonriente, sencilla, dinámica,
entusiasta, despierta, jovial…; siempre atenta
al sufrimiento y a las
necesidades de los demás; siempre rebosante de cercanía, de ternura y de amor…
Se
nos ha ido, a sus 104 años, casi un ángel, ¡tal vez una santa!...
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Tú,
Doña Sole –como yo, cariñosamente, te llamaba siempre-, estás ya en el Cielo,
en el Reino de la Luz y de la Paz, estás en la presencia de Dios, del Señor del
Universo… Disfrutando de esa maravillosa Vida, donde no hay ya sufrimientos, ni
dolores, ni inquietudes…; disfrutando de esa Vida que no se extingue ya nunca
jamás, que no tiene ocaso… ¡Dichosa tú, Doña Sole!
Desde
esa Gloria que tantísimo has merecido y que te has ganado con holgura, ¡acuérdate
de los que tanto te hemos querido y que aún peregrinamos por este Mundo!... ¡Tú,
Doña Sole, siempre estás y estarás en nuestras mentes y ¡en nuestros corazónes!
Raffaello
Esta,
es una de las últimas fotografías que me hice con Doña Sole, en su casa (en Cartagena, España); hace
muy poco más de un mes.
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