La vorágine.-

                                                                                     - La vorágine -

    Con las primeras luces del alba, los gorriones se desperezan alborozados; suenan miles de despertadores; rugen los motores de los vehículos…, comienza la febril actividad… Poco más tarde, las campanas de las iglesias repican jubilosas, y muchas buenas personas –que haberlas ‘haylas’, como dicen los gallegos- acuden a las misas; los escolares pueblan las calles, con sus mochilas y sus ‘bocatas’; los coches y los autobuses, y los tranvías, invaden impacientes y amenazadores las calzadas; abren los comercios (que han subido previamente los precios de todo para… poder comenzar las ansiadas rebajas); los agentes de la autoridad comienzan a pasearse y a vigilar; los obreros empiezan a trabajar y, poco después, a charlar y a tomarse un descansito y su almuerzo; los políticos afinan su demagogia y estrujan sus 'seseras' para hallar nuevas fórmulas o promesas con las que engañarnos a los muy sufridos‘ ciudadanos’ y sumar votos; los primeros pitillos, se queman nerviosamente; las emisoras de radio, anuncian apresuradamente unos 6.000 productos -principalmente detergentes y perfumes, y fantásticos coches..., ¡inalcanzables!-, y muchísimas noticias -atentados por doquier, corrupción a todos los niveles y guerras y mas guerras-; la ‘caja tonta’, empieza a dejar ‘clisaos’ o embrutecidos un poco más a muchos más; los huelguistas de turno, dan los últimos retoques a pancartas y a reivindicaciones; los banqueros se regocijan, pensando en cuánto subirán sus intereses y cuánto más podrán sacarnos a los incautos -¡y necesitados!- clientes; los señores delincuentes, afilan sus garras y su ingenio…, para despojarnos de lo poquísimo que tenemos. Y en fin, todo está ya a punto para comenzar la nueva jornada…
    Y se suceden las horas aceleradamente. Las personas que tienen la suerte de tener trabajo, procuran realizarlo escrupulosamente para que no les echen; y las que no lo tienen, se apuntan al INEM, y ‘echan’ curriculums en mil sitios… Y todos ellos, inventan cómo poder comprar unas ‘hamburguesas’ y unas patatas fritas para sobrevivir, o tal vez se acercan a los comedores de Cáritas… La mayoría, se afana por conseguir dinero, y el disfrute y el placer al precio que sea; ¡ah!, y el poder: el subir algún peldaño, aunque sea a costa de pisar a alguien o a muchos un poquito… Unos políticos acusan a los otros, de lo que sea –que todo es válido-; y los otros acusan a los unos…, de lo mismo pero con otras palabras. Alguna inocente pareja de novios, intenta -¡aún!- comprar una modesta casita, pero, los todopoderosos y mimados (por el Estado) Bancos, les niegan el préstamo o la hipoteca o los ofrecen a unos intereses inasumibles para los ‘mileuristas’. Los comercios, acuden a mil argucias para atraer a los clientes y vender algo; pero, los sueldos son muy escasos, la cosa está difícil y la gente no puede y ‘no traga’. Los jubilados -8 millones 600 mil en España-, estirando al límite sus pocos recursos, sus pocos euros, bastante lograrán con que les llegue ‘la paga’ para poder tomar al menos una sopita caliente a finales de mes.

    Si, durante la comida o el café, nos asomamos a ‘la caja tonta’, podemos ver el ‘teletragedias’: atracos por doquier en el mundo; huelgas a mansalva; secuestros ‘express’, consecuentes tal vez a impuestos revolucionarios no atendidos; sorteos…, ¡mil!; catástrofes en aviones o en minas; batallas campales entre ‘cárteles’ de narcotraficantes; salvajes e impunes asesinatos en determinados países; muerte en el fragor de las carreteras; guerras fratricidas; golpes de estado y derrocamiento de líderes; coches-bomba, y fanáticos ‘kamikaces’ con cinturones atiborrados de explosivos, que arrasan edificios y causan centenares de muertos (incluidos mujeres y niños inocentes); tremendos terremotos, con decenas –también- de miles de muertos y desaparecidos; huracanes, ‘tsunamis’; motines en las cárceles…; aumentos –en España- en el IVA, en el IPC (índice de precios al consumo), en las contribuciones e impuestos de todo tipo y en todo lo comestible y lo ‘bebestible’; se tambalean las Bolsas de medio mundo, porque Wall Street o el índice Nikkey han retrocedido…; y los supermillonarios Bancos, se guardan aún más ‘sus dineros’… Pero, pese a todo ello, los políticos nos camelean más y más en los medios audiovisuales, contándonos cuentos que… ya nadie se cree: que todo va magnificamente bien en ‘el país’, que somos los primeros del mundo en no se cuántas cosas buenas (también, por cierto, en el número de parados, en el consumo de cocaína y de alcohol, y en el número de abortos, y en ‘matrimonios’ entre homosexuales, etc.), que la crisis no ha existido nunca, pero que si llegara estamos bien preparados para superarla…; y mientras, los datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) ratificados por el INE (Instituto Nacional de Estadística), nos dicen que el número de parados en España está en algo más del 22%, es decir, ‘solo’ unos 4 millones 600 mil (releyendo estas líneas, he de decir que ahora, en el año 2014 son cerca de ¡6 millones! el número de parados, un 25% y pico de la población activa, ¡casi nada!); y leemos que la deuda externa asfixia a España, y que ‘S&P’ (Standard Poor’s), rebaja aun mas nuestro ‘rating’ poniendo en solfa nuestra solvencia económica, y que de esta manera nuestro gobierno y la mismísima España, ‘gozan’ cada vez de más descrédito en el mundo… Todo nos agobia y parece un caos; y solo, de uvas a peras, algún Real Madrid-Barcelona de fútbol, aplaca algo los ánimos, calma los nervios y ejerce sobre las gentes como un efecto sedante o… hipnótico.
Mas tarde, los políticos, y los banqueros y los jerarcas -y no digamos los especuladores-, en sus oasis y ajenos por completo a la famosa ‘crisis’ –que sí que existe, ¡si!; y bien ‘gordita’ además; pero no para ellos, claro-, disfrutan de un merecido descanso…. Y la vida transcurre un día más; y es, un día menos que nos queda, y que nos acerca irremediable, implacable y definitivamente a la Eternidad.

    Horas después, el día languidece. La oscuridad va adueñándose de todo. Los gorrioncillos, son los primeros en recogerse con su habitual jolgorio (ajenos, por cierto, ¡dichosos ellos!, a la crisis); cierran los comercios, y los Bancos-'buitre'; los chiquillos, agotados de la escuela y de su ‘movimiento perpetuo’, caen rendidos en las camas, no sin antes darle un repasillo a la ‘Play-Station’… La gente trabajadora, ya ganado –y consumido- el pan de cada día, intenta descansar (vano empeño, porque el cómo pagar la hipoteca, la ‘luz’, el gas y el agua, la letra del coche y la carísima gasolina, la ORA, los diversos y numerosísimos impuestos, el IBI, etc. etc., y además, poder comer algo cada día, le hará tener con seguridad insomnio)… La presencia policial decrece…, aparentemente; enmudecen los motores y los bocinazos de los autos; los cajeros automáticos, se aprestan a escupir unos últimos billetes (con unas altísimas comisiones, eso sí); la ‘caja tonta’ o ‘tele’, no cesa de embrutecer y de anunciar detergentes y compresas, ¡ah!, y todos los amoríos, los líos y las andanzas de ‘los famosillos’ (lo que se ha dado en llamar ‘los temas del corazón’), y muchas películas, casi todas de drogas, de sexo, de violencia  y de muerte; y las emisoras de radio, se desgañitan y nos martirizan con ‘los 200 principales’; y pronto, van apareciendo los camiones de la basura…
    Esta noche, como todas las noches, se efectuarán decenas, tal vez centenares de abortos; y los farmacéuticos, seguirán vendiendo a toneladas ‘la píldora del día después’; la eutanasia, sigilosamente, se acercará un poco más a la vida de los españoles; el ‘precio justo’ –o tantos otros absurdos concursos-, regalará quimeras; los políticos y los banqueros, ya ‘arreglado’ el país y ‘el mundo mundial’, cenan en restaurantes de lujo, satisfechos de su trabajo (Otros, menos afortunados, los de ‘el cuarto mundo’, se verán obligados a dormir en las bocas de los metros, sobre unos cartones, con el estómago vacío y a merced del frío y de las ratas)… Las ‘litronas’, las ‘pastillas’ y las jeringas, hacen su aparición; y los ‘camellos’, buscan nuevos clientes; los ‘pub’s’ hacen su agosto y dentro, las y los jovencitos, ya ‘entonados’, se distorsionan y casi se descoyuntan  bailando freneticamente… En los hospitales, los que están de guardia, intensifican su trabajo: accidentados en el loco tráfico; puñaladas en diversas reyertas; intoxicaciones etílicas o por drogas; violencia ‘de género’… La gente honrada, claro, permanece encerrada entre las rejas y las puertas acorazadas de sus viviendas… Ya solo quedan en liza algunos locos aventureros noctámbulos, algunos borrachos, los ‘drogatas’ de turno…; los policías, que intentan vanamente controlar toda esta jauría; las ‘trabajadoras del amor’ y las transexuales, y sus ‘clientes’; los grandes depredadores de la delincuencia, los amantes de lo ajeno que aguzan su estrategia…; y algunos gatos y bastantes alimañas…
    La noche ha envuelto con su negro manto a la ciudad. La paz ha llegado (¿). La vida, para algunos, casi se detiene. Hay que reponer energías para empezar de nuevo mañana. Y, para los que no sufran de insomnio -¡qué difícil!-, llegan los sueños… ¡Benditas horas de reposo! ¡benditos sueños que nos sustraen de este ‘paraíso’ (?) terreno y hacen posible que alcancemos metas siempre anheladas, y que podamos bañarnos en las doradas playas de las islas Hawaii, o asistir al Concierto de Año Nuevo en Viena, o alcanzar la cima del Everest o del Annapurna, o ¡que nos toque 'la Primitiva'!...
    Y Alguien, nos está viendo; nos está observando constante y pacientemente… Y contempla –posiblemente con pena, pero seguro que bondadosamente-, nuestra ignorancia y nuestra torpeza… Y nos está llamando; y nos está esperando, ¡desde siempre!… Y solo ese Alguien es Camino, y es Verdad absoluta. Y solo Él puede devolvernos la auténtica paz.  Y solo Él puede salvarnos…
    Lo demás, ya lo sabemos: ‘una mala noche, en una mala posada’.

                                                                                                        Escrito por Raffaello
                                                                                                        Abril 2010