jueves, 18 de octubre de 2012

¡El estratosférico Félix!  /

Este joven, fornido y atrevido austriaco llamado Félix Baumgartner, de 43 años, vestido con su traje 'espacial' (o poco menos), llegado el momento quizás mas tenso de su extraordinaria hazaña, se puso en pié en su cápsula, se asomó al espacio desde nada menos que ¡39.068 metros de altura!, y ¡zas!, se lanzó al vacio..., como si se lanzara a la piscina de su chalet.

Todos -estoy seguro-, vivimos con un nudo en la garganta ese momento histórico de ese Domingo 14 de Octubre de 2012, en el que el bueno de Félix, deportista y aventurero, se convirtió en..., ¿un pájaro?, ¡nó, en mucho mas!, porque a esas 'siderales' alturas ya no hay ni pájaros ni nada, solo..., un % de oxígeno ya muy escaso, una bajísima presión barométrica, una temperatura de muchos grados bajo cero (de ahí su traje presurizado, para contrarrestar estas adversas condiciones) y ¡la soledad más absoluta!. Es una inolvidable fecha que, sin duda alguna, pasará a la historia -y al 'Guinnes', el famoso libro de los récords- como uno de los más aguerridos logros del hombre y uno de los más notables éxitos de la tecnología.

Y sí, claro, merecieron la pena esos 5 largos años de durísima preparación, de sacrificios y de esfuerzo personal, y todos esos 'sesudos' estudios de los científicos y de los ingenieros, para -llegado el momento- tener absolutamente todo bajo control y conseguir así esta histórica hazaña..

Y estos son , sucintamente expuestos, los récords batidos por 'el gran Félix':

a) velocidad vertical máxima sin asistencia mecánica y sin usar paracaídas

b) altura desde la cual saltó

c) caída libre más larga en distancia

d) mayor ascensión en un globo de helio tripulado por un hombre

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En efecto, las frías cifras son verdaderamente ¡escalofriantes! Veamos: Baumgartner, se lanzó al espacio desde una altura de 39.068 metros, o 128.100 feets (frente a los 31.333 m. de Kittinger, poseedor del anterior récord), en plena estratosfera ya (capa esta de la atmósfera terrestre que se extiende desde los 14.000 m. -donde acaba la troposfera, que es donde habitamos los humanos- hasta 60.000 metros; mas alto que ella, está ya la ionosfera). La máxima velocidad alcanzada en su 'vuelo', fué de 1.324 kms./hora, o 'Match' 1'24, ampliamente superior por lo tanto a la velocidad del sonido (y muy superior a los 988 kms./hora logrados por Killinger), siendo la primera vez que una persona rompía la 'barrera del sonido' en caída libre. La distancia recorrida antes de abrir el primer paracaidas, fué de 119.846 feets, invirtiendo en ello un tiempo de 4 min. y 20 seg. (inferior en este caso, en 10 segundos al tiempo de Kittinger).

Efectivamente, Baumgartner abrió su paracaidas 10'' antes del tiempo de Kittinger y ¡1 minuto! antes del tiempo previsto por los organizadores y por él mismo. Pero, ¿por qué lo hizo?...

Hay dos versiones. Una, que podríamos llamar sentimental o romántica, asegura que fué así, premeditadamente, por no 'arrebatar' todos los récords a Kittinger. Pero la otra versión, la científica -y yo me inclino a pensar que la real-, nos dice  que el sistema de calefacción y ventilación de su escafandra falló y al empañársele por completo el visor y no ver nada se vió obligado a abrir dicho paracaídas.



En cualquier caso, hay que decir que todos los 'records' adjudicados a Kittinger, no son tales oficialmente, puesto que no están acreditados ni homologados por la FIA (Federación Aeronáutica Internacional).


Y de todo este histórico acontecimiento, llama también poderosamente la atención -o al menos a mí me ocurre esto-, entre otras muchas cosas, la precisión en la caída, justo en la zona prevista en el vasto desierto de Nuevo México (en EE.UU.).

En fín, toda una maraviila. Por un lado, por la actual avanzadísima tecnología; e igualmente, por la posibilidad de emplear unos materiales fantásticos (recordamos con asombro, esa delgadísima capa del enorme globo -tan solo 0'002 m.- que, lleno de helio, logró llegar a esa tremenda distancia)... Y, por supuesto, una maravilla, la ilusión, la perseverancia, y el tesón, y la valentía de este joven austriaco llamado Félix Baumgartner, convertido ya en leyenda, en héroe, en mito... ¡Un nombre y un hombre para la historia de la Humanidad!

'A veces hay que llegar muy alto, para ver lo pequeños que somos', exclamó Baumgartner nada más tocar tierra, en un claro homenaje a las palabras de Neil Armstrong (el primer hombre que pisó la Luna).

Y como anécdota o curiosidad, decir que este salto coincide con el 65 aniversario de la gesta del estadounidense Chuck Yeager, el primer piloto que rompió la barrera del sonido, en un caza X-15.
                                           Escrito por Raffaello
                                                    M16.Oct.2012

Video de la caida tomada por la cámara instalada en el traje de Baumgartner.

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