viernes, 27 de enero de 2012

Para tí, Marta.  /


   Sí, para ti, Marta del Castillo, estas letras, escritas con la indignación y la repulsión que tu caso despierta en cualquier persona normal, en cualquier persona de bien.

    Si hay infierno, yo siempre pienso y digo que hay muchísimos candidatos y  con muchísimos 'merecimientos' para ingresar en él. Y por supuesto que tus asesinos –o tu asesino y sus cómplices-, tendrían allí -si no se arrepienten muy sinceramente y piden perdón-, un puesto asegurado. Aunque, por descontado que, no soy yo sino solamente nuestro Padre Dios quien ha de juzgar y de decidir quienes van a ese infierno y quienes se libran de él.

    Estos malditos nenes –y otros no tan nenes-, han mentido a los abogados y a los jueces, les han engañado –que si el cuerpo de la malograda Marta estaba en el Guadalquivir, que si estaba en un vertedero de basura…- y, en definitiva, se han reído descaradamente de todos ellos y de paso de la Justicia, desorientando y entorpeciendo además notoriamente las labores de búsqueda del cadáver. Han incurrido pues, en ‘ocultación de la verdad’ y en encubrimiento, que son figuras jurídicas que deben aparecer -yo no entiendo apenas de esto- en el Código Penal. Y sin embargo, se van todos ‘de rositas’ ¡Lo que estarán riéndose todos ellos a estas horas de la ‘temida’ Justicia española!

    Hace poco, leí esta frase de Stanislav Jerzy, escritor polaco: ‘Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla’. Me hizo meditar y reflexionar.


   Esa Justicia, a la que simbolizan con los ojos ocultos tras una especie de venda, y que efectivamente, en este y en otros muchos casos, no ha visto –debido quizá a que tiene los ojos
tapados- todo lo que ha sucedido, todo el infinito daño que te han hecho a ti, Marta, a tus padres, a tu familia…, y yo diría que a todos las personas sensibles, a todas las personas de bien. Esa Justicia –ciega, sí-, que ha señalado una pena mínima para el asesino y ha indultado (¡!) al resto de –siempre presuntamente- culpables. El fiscal pedía para el asesino confeso, 52 años de cárcel y varios años para los cómplices, encubridores, o ‘colaboradores necesarios’, que es como los abogados, fiscales, jueces, etc., califican a estos indivíduos. Pero, benévolamente, todo quedó en 20 años para el primero, y ¡en nada! para los demás. Con el agravante ya conocido en esta España, de que esos 20 años, por buena conducta en la prisión, por arrepentimiento, y por diversos beneficios penitenciarios, quedarán reducidos a muchísimos menos. Y así, en 6 u 8 años, tendremos a este nene asesino ya libre, en la calle, riéndose de todos y jactándose de su ‘aventura’…, para mayor escarnio, indignación y vergüenza de tus padres, Marta, de tu familia y, en general, de la inmensa mayoría de los españoles..

    Ya sabes, Marta, que hay en toda España y a todos los niveles, un auténtico clamor, una tremenda indignación y repulsa por el veredicto, porque en verdad, este ¡es algo increíble y que repugna a la conciencia y al raciocinio! En la prensa, he podido leer que estos jueces o en este juicio, ‘se ha castigado a la familia de Marta más que a los propios asesinos de esta’. Y estoy con los que así se expresan, con los que así piensan. Pero, yo estoy convencido de que esto no va a quedar así, no debe quedar así, ¡no puede quedar así! Habrá una revisión del juicio; y las penas que entonces se impongan a unos y a otros, estoy seguro, se ajustarán más a la terrible y pavorosa verdad de los hechos, a este horrible crimen cometido por estas personas.

    Y, ¿acaso estos seres merecen llamarse personas?... Todos ellos, por sus delictivos y repugnantes actos, por la manifiesta maldad que han demostrado, y después por su forma de proceder y de comportarse –ese cinismo, esa frialdad, esas provocaciones, ese reírse de todos…- se acercan o se parecen más que a las personas, a las alimañas más dañinas que puedan existir (Aunque, en honor a la verdad y a las alimañas, habría que decir que estas no tienen conciencia, no razonan; y que por ello, ni tienen instintos asesinos, ni pueden comprender el daño que hacen).

    Ha habido, en la reciente historia de España, algunos hechos que me han impresionado profundamente: uno, el asesinato –que creo recordar que quedó impune- de Miriam, Dessiré y Toñi, aquellas tres jovencitas de Alcasser (Valencia, año 1993); otro, el secuestro y posterior interminable cautiverio del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara (año 1966-67); otro, el tremendamente dramático, repugnante y vil asesinato de Miguel Ángel Blanco, concejal del Partido Popular en Ermua (Vizcaya, año 1997), ¡increíble tanta maldad, tanto odio, tanto refinamiento!; y ahora, el tuyo, Marta, aún rodeado o envuelto en tantas incógnitas, en tantos 'misterios', y con tantos matices de desprecio y de perversidad.

    Todos los asesinatos, sin excepción, son repugnantes y execrables. Pero, en algunos de ellos –tal vez, p.e., en los que acabo de citar- hay circunstancias y detalles, que los hacen aún más abominables.


    Nunca te he conocido, Marta. Pero soy padre de cuatro hijas; y creo que puedo comprender perfectamente, la injustificable barbaridad que han hecho contigo, y el tremendo dolor e
impotencia de tus padres y de tu familia a los que, sin duda, estos bárbaros hechos han marcado sus vidas ya para siempre. Tal vez, puedo imaginarme todo lo que esos malditos, 'seres oscuros que no saben dónde está la luz', hicieron contigo y con tu cuerpo: montaron en aquella habitación 'su circo' particular, se reirían de ti, se mofarían de ti, te amenazarían, te harían daño físico…, y después, abusaron de ti, maltrataron y profanaron tu cuerpo de adolescente, de casi niña, te vejaron, te forzaron, te violaron…, y te golpearon en la cabeza hasta matarte. El dolor físico que hubiste de soportar, tuvo que ser terrible; pero, quizás, fue peor aún tu sufrimiento mental, tu desesperación, el saberte en manos de aquellos locos ebrios de lujuria y sedientos de placer y de carne, dispuestos a ‘ejercer’ y a saciar en ti todas sus abominables y macabras perversiones, sus premeditadas orgías sexuales… Y el saberte igualmente sola, angustiada, absolutamente indefensa, sin nadie que hubiese podido escuchar tus gritos demandando auxilio y ayudarte, en manos de aquella jauría de despreciables salvajes, presintiendo tal vez -¡pobrecilla!-que aquello podía ser tu final… Y también, puedo imaginarme el terrible dolor, la rabia contenida, la impotencia y la tremenda y perfectamente comprensible indignación de tus padres… Por el asesinato en sí; porque un día, como tantos otros, saliste de tu casa, y ya…, ¡nunca más volvieron ni volverán a verte! ¡habian perdido a su hija Marta!; y luego, después de tantos días de interrogatorios, de declaraciones y de incertidumbre, de periodistas, de horas y horas en los juzgados, por el absurdo, incongruente, inesperado e injusto veredicto o dictamen final de la Justicia.

    Si a mí me ocurriese algo así, algo semejante a lo que ha ocurrido contigo, Marta…, y si algún día, algún tiempo después me tropezara por la calle con el asesino de mi hija…, te aseguro que yo no puedo responder de cuál sería mi reacción, mi comportamiento hacia ese individuo. Porque, me sería terriblemente difícil contener mi indignación, mi ira…, mis deseos de ‘aplicarle la misma medicina’ –o parecida- que ellos tan salvaje y despiadadamente hubiesen aplicado a mi hija, mis deseos de hacer justicia... ¿Verdad que lo comprendes, Marta? Pero, hubiese tenido que contener mis impulsos, mi rabia ; porque, tú ya lo sabes, la Iglesia nos enseña, que hay que perdonar siempre. Aunque a veces, ¡sea tan sumamente difícil!...

    Es posible Marta que, desde el Cielo, te sea posible –yo lo creo así- leer estas líneas que he escrito; repito, con esta tremenda rabia, con esta indignación que nos embarga a todas las personas de bien. Pero ya verás, insisto en ello, cómo esto no queda así, ¡estoy convencido, seguro!. Continuarán las investigaciones; se sabrá, ¡de una vez!, lo que hicieron con tu cuerpo una vez fallecida; se desenmascarará claramente a los cómplices; se sabrá toda la terrible verdad... Habrá un juicio más justo, en el que se aplicarán las penas de cárcel que estos despiadados y miserables individuos merecen… Y España y el mundo entero, se sentirán entonces algo más aliviados, pensando que a tus asesinos no les salió ‘gratis’ tu asesinato, su execrable y maldita fechoría, su cinismo, sus mentiras, su desprecio a todos…

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¡Que Dios te tenga para siempre en su gloria, Marta! Y ya que aquí, en la Tierra, unos asesinos cortaron drásticamente, ferozmente, de raiz, tu vida..., segaron tu espléndida y preciosa juventud, ¡que ahora puedas disfrutar por los siglos de los siglos en el Cielo, junto a nuestro Padre Dios, de ese maravilloso Reino de la Luz y de la Paz!

                           Escrito por Raffaello

                                      J26.Ene.2012





    Hoy, V24 de Feb. de 2012, he escuchado en la 'tele' (concretamente, en TVE-1), la posibilidad de que se repita el juicio por el asesinato de Marta del Castillo. Sería ¡una gratísima noticia! (Que, por cierto, yo aventuré en mi artículo). Esperemos a ver que nos deparan los venideros días. Pero, cuando el rio suena...






































2 comentarios:

PRK dijo...

Estás seguro de que se revisará el caso?, que continuaran la investigaciones?,que se sabrá de una vez lo que hicieron con su cuerpo?,se desenmascarará a los cómplices?,se sabrá toda la verdad?,que habrá un juicio justo y se aplicaran las penas de cárcel a estos miserables?. Yo sinceramente tengo mis dudas,unos jueces que se han dejado engañar por unos niñatos y que han absuelto a los cómplices?, confiar???
Recordabas tambien el crimen de las niñas de Alcazer, el secuestro de Ortega Lara y el vil asesinato de M. A. Blanco, hechos drámaticos y despreciables y yo añadiria también el secuestro y posterior asesinato de Anabel Segura, otro crimen que a mi me impactó mucho en su momento.
Esperemos que la Justicia sea JUSTICIA y podamos confiar en ella de una vez por todas.

My dijo...

Qué triste.
La historia, por más que la escucho, por más que la conozco con detalles cada suceso,.. no deja de impresionarme ni de sorprenderme. No deja de erizarme la piel.

Uno se para a pensar y se dice así mismo 'esto no puede quedar así'. Pero la realidad es otra, la única verdad es que pueden más las mentiras y el cachondeo de unos adoslescentes frente a los máximos reprentantes de la justicia, que la veracidad de sus testimonios y el sosiego de una familia que vive 'sin vida' porque en cierto modo han muerto en espíritu junto a su hija, la cual no han podido ni enterrar.

No es justo. Cuántas veces escuchamos esa frase, cuántas veces alguien hace algo por cambiarla.

Cuánto conocemos de la verdad?

Por qué cosas que el mundo ve tan evidentes quedan como hechos sin constancia y sin pruebas ante un tribunal?

Qué parte del dolor no comprenden?

En otros países este caso no habría quedado así.
'Se les hace hablar', de una manera u otra y este sería otro tema a discutir. Pero no se reirían así del dolor ajenos y no saldrían impunes ni mucho menos.

Se les castigaría como merecen, pero tal y como tú dices, el Señor pondrá a cada uno en su lugar, y si hay infierno, que en casos así, te juro que deseo que exista y que arda en llamas, más de uno debería de sufrir en su piel el mismo dolor que ha provocado en los demás.

Te quiero papá.

Voy a quererte siempre.