viernes, 4 de febrero de 2011

¡Nada menos que marqués!.../


Antes de intentar ‘hilvanar’ las cuatro cosas que pretendo expresar, debo y quiero decir que no tengo absolutamente nada en contra de Don Vicente Del Bosque. Es más, este sencillo y campechano salmantino, me cae francamente bien, porque es un hombre equilibrado, sereno, ecuánime y educado; aparte, claro, de un magnífico entrenador.

      Pero leo hoy en el ‘teletexto’, que S.M. el Rey ha decidido concederle –a él y a otras varias personas- el título nobiliario de Marqués; de manera que, de ahora en adelante, es ya el Marqués de Del Bosque. Y se añade en la nota, que se le concede este título por su ‘gran dedicación’ al deporte (Se supone, que a la Selección Española de Fútbol. Y creo recordar que, en Inglaterra, también a otro entrenador de fútbol, se le concedió una distinción semejante, y ahora es Sir Alex Fergusson).

    Y releyendo esta página del ‘teletexto’, no se..., parece –o al menos me lo parece a mi-, en primer lugar un tanto exageradilla la cosa; y además, resulta quizás absurdo o tal vez disparatado, que se establezca una especie de similitud o de paralelismo, o que de alguna manera se compare –y lo digo con todos mis respetos- a un entrenador de fútbol con… un Premio Nobel de Literatura (en este caso, M. Vargas Llosa).

    Yo, sencillo trabajador y humilde anestesista (para ser anestesista, ‘solo’ hay que hacer una ‘fácil y corta carrerita’ de Medicina y una especialización, ¡nada de importancia!), he estado trabajando como tal en diversos centros hospitalarios unos 36 años de mi vida; haciendo sesiones diarias de 8 o 10 horas y, en muchísimas ocasiones, de 12 o 14 horas de quirófano (de día, de noche, de madrugada…; y encontrándome bien, o medio bien, o agotado, o incluso con fiebre o con un gripazo de órdago); y habiendo completado a lo largo de mi vida laboral, calculo que unas 22.000 anestesias (Y he de añadir que, bastantes de ellas para Beneficencia; es decir: sin cobrar ni un ‘chavo’ por mi trabajo. Y quiero añadir, que las hacía ¡con mucho gusto!). Pero esto, por lo visto, no se considera ‘gran dedicación’. (Que conste, que jamás, ni me he imaginado ni, ¡por supuesto!, he pretendido -¡hubiese sido un estúpido de haber pensado así!- que por mi trabajo... me fuesen a hacer conde, o marqués. Y que he mencionado -muy por encima- mi pequeña 'historia', porque es la que mejor conozco, claro. Pero estoy segurísimo de que como yo,  hay miles y miles de españolas y de españoles. Hemos trabajado a tope, y... sin ningún 'extra'. Es más, a veces, incluso -¡y duele decirlo!- sin ni siquiera el reconocimiento a nuestra labor -que iba mucho más allá que lo que podríamos considerar nuestra 'obligación'- por parte de nuestros inmediatos superiores).

    Se me argumentará, y con toda la razón, que es que yo cobraba por hacer ese trabajo (Y es muy cierto. Aunque, puedo añadir, que mis emolumentos eran ¡casi ridículos! Sobre todo, claro, si lo comparamos con, p.e., los de… un parlamentario español). Sí, efectivamente, yo cobraba por hacer ese trabajo, porque era –además de mi vocación y de mi ilusión- mi ‘modus vivendi’; pero, ¿es que acaso Don Vicente del Bosque entrena a la selección ‘por amor al arte’, sin cobrar?... Pues, si cobra, sí; y además de cobrar, ¡y bien!, tiene como sus jugadores, unos ‘extras’ muy sabrosones; y así –si mi memoria no me falla-, por haberse quedado en los Campeonatos de Sudáfrica de hace poco menos de un año, Campeones del Mundo ('ganamos' en la final a Holanda por 1-0, ¿recuerdan?), se llevaron de ‘prima’ él y sus jugadores, unos 100 milloncejos de las antíguas pesetas; ‘per cápita’, claro ¡Que no está nada mal!, ¿verdad?

    Y es que, como ya he comentado en otras ocasiones, en modestos y muy breves articulitos o reseñas como esta, en España, para ser famoso o para hacerse millonario, hay que ser torero, cantante (o 'cantaor'), deportista, empresario o… ‘famosillo’ (Bueno, sin olvidar a los banqueros, a los políticos y a los especuladores, claro). Y si no, que se lo pregunten a Belén Esteban, la denominada (¡!) por algunos, nada menos que ¡‘la princesa del pueblo’!
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    Pues, lo dicho, Marqués de Del Bosque: ¡que lo disfrute! Se lo deseo, ¡muy sinceramente! Mañana, me tomaré una copa y… ¡brindaré por usted!

    ¡Ah!, y yo, a partir de ahora, moralmente al menos, me consideraré también… Marqués de Pérez-Cuadrado. Con todos mis respetos. (Es broma).


                                                                     Escrito por Raffaello
                                                                                   V04.02.2011

    Y hoy , S05.02.2011,  leo -también en el 'teletexto'- una frase de Don Vicente del Bosque, aludiendo a su nombramiento, que dice mucho de cómo es él, y que le honra: 'Yo -argumenta Del Bosque- me siento un plebeyo entre la aristocracia' ¡Gran persona Don Vicente, sí! ¡Un gran tipo!


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