viernes, 21 de enero de 2011

Un progresista ‘invento’… /
    Hay veces, en las que uno no entiende o se sorprende ante ciertos acontecimientos, ante ciertas noticias; y se asombra además, al escuchar o leer las razones que se esgrimen para apoyar estas noticias o para tratar de justificarlas.

    No se sabe por qué motivos o con qué intenciones –quizás no hubo ni lo uno ni lo otro, sino mas bien desconocimiento e imprevisiones, y... ¡desinterés!-, a la Sanidad de las Fuerzas Armadas (y me estoy refiriendo a España, naturalmente), estuvieron debilitándola y reduciéndola sistemáticamente, durante años. Hasta que acabó, como era lógico, por casi desaparecer.

    Y hoy, el Ministerio de Defensa se echa las manos a la cabeza y se angustia –sin entonar el ‘mea culpa’, eso si-, porque ¡no tiene apenas médicos en los ejércitos! Y claro, a nivel nacional, se puede, mas o menos, ir ‘trampeando’ con algunas precarias medidas sustitutorias; pero es que, cuando se trata de enviar contingentes de tropas en misiones de paz –que, dicho sea de paso y aunque trate de disimularse, son casi siempre de ‘semi-guerra’ o de guerra-, bien sea a Afganistán, o a Líbano, etc., se encuentran en verdaderos apuros muy difíciles de solucionar.

    En muchas dependencias militares españolas, han aparecido desde hace ya un tiempo, grandes murales o ‘posters’, en los que puede leerse lo siguiente: ‘¿Quieres ser el médico que siempre soñaste?... ¡Enrrólate en las Fuerzas Armadas y cumple tu sueño!’.(O, '¿Quieres ser el médico que siempre quisiste ser?... Sé médico militar'; o en fín, algo parecido, que no lo recuerdo bien). O sea que ahora, cuando debido a los muchos desatinos y desafortunadas decisiones -que han supuesto, como decíamos, la casi desaparición de la Sanidad Militar-, le ven ‘las orejas al lobo’ porque apenas tienen médicos, es cuando a toda costa pretenden atraerlos de nuevo. Es decir, facilitaron la marcha de estos –como luego veremos-; no se preocuparon en absoluto de ‘reponer’ las bajas; dejaron 'ir languideciendo' la Sanidad Militar; y ahora…, se ven -como suele decirse- ‘con el agua al cuello’. Pero, como parece ser que tampoco este reclamo atenúa –porque los médicos no ‘pican’- el urgente y tremendo problema, he podido leer que ahora, para solucionar todo este caos, se está estudiando y se va a poner en marcha un proyecto-ley por el cual, Defensa (o el Gobierno, da lo mismo), pagaría íntegra la carrera de Medicina y la consiguiente especialización a los o las jóvenes que quieran acogerse a este plan, ingresándolos ya –previo un mínimo test o examen- en las Fuerzas Armadas y pagándoles incluso un sueldo mientras duran los estudios, con la indispensable condición de que, una vez acabada la carrera y la consiguiente especialización, se comprometan a servir única y exclusivamente con y para los ejércitos, durante un período de –creo haber escuchado- 8 o 10 años.

    En los años 1971 y 1972, la Armada Española me comisionó y me envió a mí a Toulón (Francia; por cierto, enorme y preciosa Base Naval), para hacer unos cursos de ‘Mèdecin de la plongèe’ (Medicina del buceo), ya que aquella vecina nación, ya entonces, se encontraba muy avanzada en muchos de estos temas: por ejemplo, de utilización de mezclas de gases en el buceo (oxígeno, helio, etc.), así como de accidentes durante las inmersiones (por exceso de tiempo bajo el agua, por pérdidas de consciencia, por 'abollamientos' -dicho esto en el argot de los buzos-, por la intoxicación por nitrógeno, por problemas durante la etapa de descompresión, etc.), e igualmente, en la utilización de las modernas cámaras hiperbáricas para solucionar estos y otros accidentes o problemas relacionados con el buceo. Y como eran Cursos Internacionales, conocí allí y pude compartir impresiones con médicos belgas, franceses, ingleses, italianos, alemanes, etc. Y viene todo esto a cuento, porque ya en aquellos años -71 y 72, y casi seguro desde antes-, existía ya en Francia esta ‘modalidad’ que ahora se va a implantar en España, de pagar a los futuros médicos su carrera, a cambio de que, una vez acabada esta, se comprometieran a trabajar para las Fuerzas Armadas por un determinado período de tiempo (Y recuerdo perfectamente que, con un magnífico sueldo). Es decir, que estamos copiando un ‘modelo’ francés -y creo recordar, que también de alguna otra nación-, pero…, ¡con 40 años de retraso! De manera que, como se ve, la Ministra Chacón , será muy 'progresista', pero no puede vanagloriarse de pionera, porque no ha ‘inventado’ nada, ni original ni nuevo.

    Para un médico, el hecho de ingresar en las Fuerzas Armadas Españolas –mediante unas muy duras oposiciones, por cierto (que, a partir de ahora, no se realizarán); y con 10 plazas solamente, para toda España- y de servir en ellas, tenía que ser casi casi por vocación, o por cuestión de posibles destinos; pero desde luego, no por dinero ni por seguridad. Y pondré algunos ejemplos: 1º) en la S.S. (Seguridad Social), se ganaba mucho más por el mismo trabajo (creo recordar que cerca del doble, o quizás casi más de esto) que en las FF.AA. (Fuerzas Armadas); 2º) en estas, cuando hacías una guardia ‘de localizado’ y de 24 horas, no te pagaban ni un céntimo, y en la S.S., de 'presencia física', sí te las pagaban, y bastante bien; y 3º) en la SS. estabas mucho tiempo fijo y tranquilo en un hospital, en una misma ciudad; mientras que en las FF.AA., estabas siempre expuesto –y tenías que estar dispuesto- a que te requiriesen para una misión ‘nacional’ (por ejemplo, formando parte de unas maniobras de la OTAN en aguas cercanas a las Azores –como he estado yo, ya de teniente coronel antiguo-), o… para una misión internacional ‘de paz’ en Kosovo, en Irak, en Afganistán, en Líbano, etc., con lo cual, entre otras cosas, tenías que ‘olvidarte’ durante un tiempo de la familia, con los consiguientes desajustes y problemas, y… 'olvidarte' también de lo que ganabas en la medicina privada. Sí, ¡había –como puede comprobarse- bastantes diferencias! Por eso apuntaba yo a lo de la vocación.

    Y había también otra cuestión, esta de tipo estrictamente militar. Cuando los médicos terminábamos nuestra ‘preparación’ en la E.N.M. (‘Escuela Naval Militar’, en Marín, Pontevedra), salíamos con el grado de Teniente, y no se nos computaban los 6 años de carrera; pero, para –p.e.- los del Cuerpo General, que salían mucho más jóvenes que nosotros, si se les computaban –a efectos de ‘trienios’, en el total del sueldo- sus años, de aspirantes y de guardiamarinas, en dicha E.N.M., y… salían de Alféreces de Navío (es decir, también con un galón, como los médicos). Creemos que esto no era justo. Los médicos, en atención a su edad, a sus muchos años de estudios universitarios, y a que las FF.AA. los habían ‘adquirido’ sin gastarse ni una peseta, deberían haber salido como Capitanes (Como ya sucediera años atrás). Pero, de esta manera, salíamos y estábamos ya para siempre en desventaja con los demás Cuerpos.

    Y aparte de todas estas consideraciones, se trabajaba con mucha más seguridad en la SS. que en las FF.AA. Y puedo hablar de esto, porque lo he vivido -y lo he sufrido- ‘en mis carnes’. En el Hospital Naval de Cartagena (perteneciente a la Armada), he llegado a estar de anestesista ¡único!, durante varios períodos de meses, teniendo que asistir y atender, eso sí, a todos los servicios quirúrgicos (ginecología, cirugía, traumatología, oftalmología, otorrino, urología, etc.), ¡yo solo!; y nadie se preocupó nunca por subsanar esta increible y casi inhumana situación (ni por pensar un poquitillo en mi resistencia y en mi salud, ¡que no hubiera estado de más!; y en mi esposa e hijas, que sufrían -casi- las mismas calamidades que yo); y tal vez, como ‘premio’ por el esfuerzo, ¡me tocaba luego –cuando estaba de anestesista único, por supuesto- de guardia, localizado las 24 horas del día! (Recuerdo que, en una ocasión, estuve más de 50 días seguidos de ‘localizado’, con el ‘busca’ a cuestas , sin apenas poder moverme de casa, comiendo y durmiendo a deshoras, poco y mal, y dispuesto para en cualquier momento del día o de la noche, salir ‘pitando’ urgentemente para el hospital, y eso sí, ... sin cobrar ni un cétimo. Y esto, ¡no era vida, claro!). En la SS. por el contrario, en el hospital donde yo trabajé –después de haberme ido de la Marina-, había por las mañanas 10 o 12 anestesistas y, se trabajaba mucho más seguro –en el caso de tener que requerir, p.e.,  la ayuda o el consejo de algún compañero-; y por supuesto, muchísimo más descansadamente y con infinitamente menos ‘stress’. Y las guardias, de ‘presencia física’ y remuneradas, nos tocaban cada 7 u 8 días solamente. Y, repito: nos las pagaban.

    Y hubo –además de todo lo que he narrado- otra decisión de ‘las altas instancias’, que ‘echó para atrás’ a muchos médicos militares; y ello fue, la famosa unificación de algunos Cuerpos –entre ellos, los médicos- de los tres ejércitos (Tierra, Mar y Aire) en uno solo: en Defensa. Y así por ejemplo, además de relevantes anécdotas en cuestión de ascensos, etc. (que sería prolijo relatar), se pàsó a una inesperada situación, en la que un médico de la Armada, que había ingresado en este ejército, que debería llevar un uniforme azul (blanco en verano), al que podrían destinar solo a uno de los tres Departamentos Marítimos (Ferrol, Cádiz o Cartagena), o a Madrid o a Canarias, y que conocía su escalafón, las posibilidades de ascenso o de llegar a ser Jefe de un Servicio, o Director de un hospital, etc., ahora, con esto de la unificación, -por cierto, ¿fué plenamente constitucional aquello?; hay sus muchas dudas al respecto-, se veía obligado a llevar un uniforme medio caqui (que nosotros, en broma, lo llamábamos ‘de guardia forestal’); el escalafón era ya amplísimo y complicadísimo y difícil de ‘descifrar’; y, además, ¡óh!, ¡podía ser destinado también a Ceuta, a Jaca (Huesca), a Zaragoza, a Badajoz, a Albacete, a Ourense, etc., etc., es decir, a todos los destinos que ‘antes dé’, estaban reservados para los ejércitos de Tierra y de Aire. Y esto, claro ¡rompía todas las expectativas de futuro a las que uno se había hecho a la idea!

    Y para colmo –y ya termino-, en la paulatina ‘desaparición’ de la Sanidad Militar, aparte de todo lo ya reseñado, Defensa te ofrecía y te brindaba la oportunidad, con la situación militar llamada ‘Reserva Transitoria’, de poder dejar de trabajar en el hospital y de irte a tu casa, y… solo perdiendo –en aquel entonces- 4 o 5.000 pesetas, creo recordar. Y esto ocurría, ¡cuando ya en los hospitales militares había escasez de médicos! (Yo recuerdo que, en el Hospital Naval de Cartagena, nos fuimos a un tiempo, de una 'tacada', en un mismo día, el Jefe del Servicio de Ginecología, el Jefe del Servicio de Neurología, y yo, que era, además de Subdirector del hospital, el Jefe del Servicio de Anestesiología ¡Casi nada! ¡Duro golpe para el hospital, sin duda!) ¿No parece todo esto una incongruencia, un contrasentido y un puro disparate? De manera que, faltaban ya médicos, se estaba casi en ‘situación de mínimos’, y a pesar de ello, graciosamente, nos brindaban la oportunidad de irnos a casita a escuchar música y descansar, perdiendo solo unos pocos miles de pesetas ¿Qué ganaban con ello las FF.AA.?; pues, no ganaban absolutamente nada –que yo sepa-; pero, sí que perdían… ¡perdían médicos! En fin, ¡vivir para ver!

    Y, ya para terminar, una aseveración: si la Sanidad de las Fuerzas Armadas ha ‘desaparecido’ prácticamente…, no ha sido por culpa de los médicos, ¡desde luego!; y tampoco ha sido por casualidad o ‘porque las cosas hayan venido mal dadas’, no; alguien o algunas personas, y sobre todo algunas ‘altas instancias’, tienen clarisimamente la culpa de todo ello.

    Y que conste que, tengo motivos, experiencia y ‘conocimientos’ más que suficientes, para decir todo lo que he relatado (Sin ánimo de molestar ni herir a nadie, eso sí). Porque da ‘la casualidad’, de que he trabajado en hospitales de las Fuerzas Armadas (durante unos 30 años), y también en hospitales de la Seguridad Social (cerca de 5 años) y en otros (Cruz Roja, Perpetuo Socorro, Hospital de Caridad, etc.), durante muchos años también; y porque además, he estado embarcado (5 años, en buques de la Armada); y porque he ‘vivido’ lo de la Unificación; y, por si fuese poco, porque he hecho el Curso de Buceo (concretamente, en el C.B.A., o ‘Centro de Buceo de la Armada’). Por lo tanto, conozco ‘de qué vá’ la cosa, y se de sobra ‘lo que se cuece’ y, por lo tanto,... de lo que hablo.

    Y por último, decir que –a pesar de todo lo expuesto, que pudiera inducir a creer otra cosa- quiero mucho y llevo y llevaré siempre en mi corazón a la Armada Española: porque ha sido ‘mi casa’ durante 30 años y, porque entre otras razones, en ella hemos sido Médicos de la Armada, mi padre, sus cuatro hijos (entre ellos, yo) y dos sobrinos. Y por cierto, pienso que sería tal vez digno de figurar en el ‘Guinnes’ (el famoso ‘libro de los records’), el singular hecho de que a un tiempo, estuvimos destinados en un mismo hospital –el ‘Hospital Militar de Marina’, de Cartagena-, mi padre, como Coronel Director, y sus cuatro hijos (traumatólogo, pediatra, anestesista y ginecólogo) con la curiosidad añadida de que, de manera excepcional y solo por poco tiempo –y esta es una anécdota casi increíble-, lucíamos los cuatro el grado de Comandante. Esto, con un escalafón que no llegaba (creo recordar) a los 200 médicos en toda la Armada, y en un pequeño hospital, es un hecho tal vez sin precedentes. De ahí, lo del ‘Guinnes’.

                                                                                     escrito por Raffaello
                                                                                               V21.Ene.2011


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Los 5 Médicos de la Armada. Sentado, Francisco, mi padre (cirujano y traumatólogo); de pié, de izquierda a derecha: Javier (cirujano y traumatólogo), Enrique (pediatra), Rafael (anestesista), y José Luis (ginecólogo). Está hecha la fotografía en esa corta etapa, en la que los cuatro hermanos coincidímos de Comandantes -con mi padre de Coronel-, en el 'Hospital de Marina' de Cartagena (España). ¿Anécdota para el 'Guinnes'?...






















1 comentario:

~ El Capitán Escarlata ~ dijo...

¿Que puedo deciros, mi Señor?,... soy hijo y nieto de soldados,... de la Armada, y de Artillería,... yo mismo he sido soldado,... y sé, mi Señor, que este país nuestro,.... esta España del alma,... es una madre amada, que no trata bien a sus hijos.