jueves, 5 de febrero de 2015

El efecto ‘boomerang’.- /

Ha sido tremendamente doloroso lo ocurrido en Francia, con esos dos salvajes atentados terroristas, perpetrados en París. El mundo entero –me refiero al mundo civilizado-, ha quedado anonadado y conmocionado por este vandalismo, por este terrorismo extremo. Y ‘avisado’, de que en cualquier otro país europeo –se dice, que especialmente en Alemania, en Reino Unido, en Francia, en España…- y en EE.UU., y en cualquier momento, puede producirse otro ataque de semejantes características o peores. Y todos estamos convencidos de que, contra esta locura, contra el hecho de que unos ‘lobos solitarios’ (como se les denomina), ‘formados’ en el EI (Estado Islámico), o en Yemen, o en Siria, adoctrinados a odiar todo lo occidental y enseñados e instruidos a matar sin piedad y sin discriminación, no hay prevenciones ni métodos anti-terroristas seguros y eficaces al 100%. (Por cierto que, ayer día 12, los del ‘EI’, ‘colgaron’ en internet un terrible y repulsivo video, en el cual podía verse -yo no lo vi, desde luego- a un niño ¡de 10 años!, asesinando a sangre fría con su ‘Kalashnikov’, a dos supuestos ‘espías rusos’ ¿Qué les parece?).
 ‘Esto, se nos ha ido de las manos’, hemos escuchado comentar a algún político de altura en la televisión en las declaraciones inmediatamente posteriores a los atentados de París.
Si, pero…, aunque resulte, tal vez, inoportuno y aunque duela decirlo en estos dramáticos y dolorosos momentos… Sería conveniente e instructivo, y muy aleccionador además, retroceder en el tiempo, ‘rebobinar’ en la vida, echar ‘la vista atrás’ , recapacitar y, con  auténtica y verdadera humildad, hacer como un pequeño examen de conciencia; y…, después, tal vez, entonar un sincero ‘mea culpa’. Y recordemos así y reconozcamos –y esto es algo, de todos conocido- que, muchos o algunos de los países más poderosos e industrializados del mundo, tienen ‘algo que ver’ con estos sucesos, con estos terribles atentados –y con otros muchos que se producen a diario en diversas partes del mundo-, ya que, durante décadas, se han dedicado a…, vender armas. 
 Claro está que, esta venta de armas, para muchos países –entre ellos España-, ha sido un negocio sencillo y muy lucrativo. Porque con ello, además, se conseguían varios objetivos: 1) ‘hacer caja’ y llenar las arcas del estado; 2) hacer posible que las respectivas industrias armamentísticas, siguiesen a pleno rendimiento, a plena producción, para ir consiguiendo ‘joyas’ (armas) cada vez más sofisticadas, más destructivas  y más mortíferas; y 4) poder deshacerse –para dar entrada a estas- de armamento ya algo anticuado u obsoleto, que era el que se vendía a otros; etc.
Se supone, claro, que se vendían las armas a países mas o menos ‘amigos’ (¿o también, quizás, a aquellas naciones que, p.e., no respetan los derechos humanos, etc.?). Pero la lógica consecuencia de esto es que, con el tiempo, -se podía presumir facilmente- han ido apareciendo, han ido surgiendo, los traficantes de armas y los llamados ‘mercados negros’ (¿Es posible que nunca se pensara en ello?). Y a partir de este hecho, el descontrol en la venta de armas –de ‘segunda mano’, podríamos decir- se torna ya absoluto ; y entonces, todo es posible. Porque, es fácil imaginar que, al vender este armamento, los vendedores, imaginamos que sin excesivos escrúpulos, no le van a preguntar a los compradores, p.e., qué destino se les va a dar a dichas armas, o en qué ‘proyecto’ y con qué fines se van a emplear  (Porque, además, en el fondo, les debe importar un bledo, claro). Y así resulta -¡elemental, querido Watson!-, que todos aquellos que así lo deseen –sean personas aisladas, o grupos minoritarios, o pequeños ‘ejércitos’ ya mas organizados y consolidados-, pueden abastecerse fácilmente y a tope de armas. Unicamente se requeriría un pequeño requisito: que el comprador de dichas armas, tenga el dinero suficiente y necesario para pagarlas. Así de sencillo.
Pero, he aquí, que todo ello ha derivado también -¡muy desgraciadamente!- en algo parecido a un efecto ‘boomerang’, un efecto indeseable pero en el cual, tal vez, no se pensó (¡!): que las armas en cuestión, llegasen a países con regímenes totalitarios o dictatoriales (que, no poseían esa capacidad industrial para fabricar dichas armas), a bandas armadas, a narcotraficantes, a mafias, a grupos terroristas, a piratas, etc., que han podido adquirir dicho armamento en el mercado negro (Se ha dicho y escrito, que las armas utilizadas por los terroristas de París, las habían comprado en Bruselas, pocos días antes, por unos 5.000 euros).
 ¿Cómo es posible, si no, que ese grupo yihadista del auto-proclamado ‘Estado Islámico’, o los del grupo terrorista en Nigeria de ‘Boko Haram’, o los yihadistas de ‘Al Shabab’ en Somalia,  o las FARC en Colombia, o los ‘narcos’ en México, etc., etc., estén armados ‘hasta los dientes’?... ¿Y cómo se concibe que ese grupo ‘EI’, nacido hace apenas un año y sin tiempo para estar medianamente organizado o estructurado, sea capaz de hacer frente, casi en condiciones de igualdad armamentística, a toda una coalición internacional liderada nada menos que por EE.UU., Francia, Reino Unido, Jordania, Holanda, Japón, etc.?... (La última noticia a este respecto, hace unos días, es que el portaaviones francés ‘Charles de Gaulle’, ha zarpado rumbo al Golfo Pérsico, para reforzar las operaciones militares y aumentar el potencial ofensivo de la coalición. Y es que, ya lo ha advertido François Hollande, Presidente francés: ’Francia, está en guerra con el ‘Estado Islámico’). Y yo me atrevería a afirmar, ¡que es el mundo entero el que está en guerra contra ese ‘Estado Islámico’!
Ante el fanatismo religioso o de cualquier otra índole, hay que estar siempre prevenidos y alertas; pero es que si, además, un numeroso grupo de estos fanáticos consiguen estar armados a tope, entonces…, ¡la guerra! ¡el terror está garantizado! ¿Qué hubiese hecho el ‘EI’ sin esos ‘padrinos financieros’ y sin el potentísimo y moderno armamento que, gracias a ellos –y a la venta de petróleo procedente de refinerías ‘conquistadas’ en Siria e Irak, todo hay que decirlo- , poseen?...
Es indudable, que toda esa imprudente, desordenada y casi demencial venta de armas a todo aquel que pudiese pagarlas, ha traído como consecuencia, o ha coadyuvado al menos –como decíamos al comienzo-, a toda esta sinrazón, a toda esta tragedia del vandalismo, de los secuestros, del chantaje, de las mafias, del terrorismo, etc., y de sus terribles y horrorosas secuelas. Triste, sí, ¡muy triste!, reconocerlo ahora; pero, ¿cómo es posible que no se tuvieran más control, más cautela y  más prudencia entonces?... Ahora, en el pleno de ministros de interior de muchos países, celebrado en París después de la gran tragedia, se habla de establecer unos cánones, unas leyes, que regulen drásticamente la venta de armas (Por cierto que, cuando se prohibió  -tratado de Oslo, Diciembre de 2008, al cual se adhirió España- la producción y venta de ‘minas anti-persona’ -¡solo el nombrecito provoca escalofríos!- y de ‘bombas de racimo’ y su posterior venta, se conminó además a todos los países en posesión de ellas,  a destruirlas. España, recordemos, destruyó entonces su arsenal, unas 6.000 minas ‘anti-persona’ y bombas ‘de racimo’ -también denominadas  bombas ‘clúster’-. Pero, eso sí, paradójicamente siguió fabricándolas y vendiéndolas a otros países; y a día de hoy –acabo de informarme en ‘Google’ de esto que cito; no son ‘invenciones’ mías, claro está-, casi el 100% de este tipo de armamento que se utiliza en los países del norte de África, y que causan muchas muertes al año, lleva la ‘marca España’. Curioso y ¡triste!, este dato, ¿verdad?).
 Y es que tal vez, desgraciada y lamentablemente, como decía ese importante político, ‘esto, se nos ha ido de las manos’.
¿Entonamos, pues, un sincero ‘mea culpa’?... ¿Aprenderemos alguna vez la lección, o…, seguiremos tropezando o chocando siempre en la misma piedra?... Ya saben: mejor que sufrir las consecuencias es…, ser  sensatos y prudentes, y…¡prevenir!
                             Rafael Ild. Pérez-Cuadrado de Guzmán
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 Estos comentarios, los escribí muy pocos días después de lo de París; y aún después, añadí algo más. Pero no quise publicarlos, porque estaban aun muy recientes las tremendas heridas ocasionadas por aquellos trágicos sucesos.
De entonces a acá, han ocurrido muchas más tragedias. Sin ir más lejos, dos luctuosos hechos; luctuosos y, en verdad increíbles y absolutamente abominables: uno, anteayer, la decapitación por parte del ‘Estado Islámico’, de un periodista japonés; y hoy –al menos hoy dan la noticia-, también por los mismos ‘autores’, el haber quemado vivo, encerrado dentro de una jaula, a un piloto del ejército jordano. De ambos, se han publicado ‘victoriosos’ vídeos en Internet ¡Lamentabilísimo!
Y uno se pregunta, hasta qué extremos de salvajismo puede llegar el ser humano. Y también, si es toda esta barbarie con lo que ‘se ilustran’ en el Corán los yihadistas. O si todo ello –este odio, esta barbarie…- es lo que predicó el profeta Mahoma. Y resulta extremadamente difícil, creer que sea así. Yo, sinceramente, no lo creo.
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Recordemos una frase de Voltaire: ‘La civilización no suprimió la barbarie; la perfeccionó y la hizo más cruel y bárbara’.
 ‘Hay que actuar ya; es mas tarde de lo que parece’.

                               Hoy, X04.Febrero.2015





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