Evanescente

¡Atención a las operadoras de telefonía!  /

Dos de cada tres ciudadanos españoles, han tenido, tienen o tendrán –por lo que he podido hablar con unos y con otros y escuchar sus ‘lamentos’-, serios problemas con las operadoras de telefonía móvil y/o con las que nos ‘despachan’ o suministran servicios de ADSL (es decir, acceso a Internet en los ordenadores, ‘tablets’, etc.). Y, al parecer, no hay quien ponga freno a este desmadre y a esta desvergüenza. (Los gatos peleándose, representan a las diferentes operadoras disputándose el mercado de clientes).

Sí, estamos absolutamente desprotegidos ante las actuaciones de las operadoras de telefonía móvil. Salió hace

meses la noticia de que a este auténtico ‘cachondeo’, iba a poner freno el Gobierno; y nos dijimos –yo así lo hice constar en este ‘blog’-, ¡al fín! ¡se van a ocupar de este embrollo! Pero, no se sabe si esta noticia fue solo un fugaz sueño, una proclama o un proyecto de ‘buenas intenciones’, o una Ley (o lo que fuese), pero lo cierto y verdad es que a día de hoy, estas operadoras de telefonía y ADSL siguen haciendo lo que les viene en gana y siguen ‘tomándonos la cabellera’ a los sufridos –e incautos a veces- clientes, y ¡siguen riéndose de nosotros! Y haciéndose millonarios a costa nuestra, a costa de sus ‘estudiados caprichos’ para sacarnos con sus artimañas todo el dinero que pueden, y a costa…, ¡ay!, de la indefensión en la que siempre nos encontramos.

El engaño, comienza ya en la propaganda (televisión, prensa,

etc.). Lo que ‘generosamente’ dicen ellos que cuesta, solo 19’99 €/mes (p.e.) y ‘para toda la vida’, cuando llega la primera factura y el Banco paga (de nuestro dinero, claro), esos 19’99 se han convertido como por arte de magia, en ¡más de 40 euros! Si uno, ante el susto y el asombro, consigue hablar con una ‘humana’, esta le dirá muy llena de razones y casi enfadada –y es que, ¡somos tan torpes!-, que los otros conceptos hasta llegar a esos más de 40 euros, vienen en el contrato. Y efectivamente, si uno coge una gran lupa y se mete en el farragoso contrato, encontrará que en letra super-pequeñísima…, ¡allí está la razón de nuestro descalabro! Pero, el engaño inicial de los 19’99 euros ha surtido efecto; y ¡hemos sido hábilmente cazados! ¿Por qué no nos dicen con meridiana claridad en su propaganda lo que representa el coste real, la ‘factura final’?...

Y supongamos que, ante tal engaño, uno pretende darse de baja en el mencionado servicio. Pues, bueno, esto se convierte

ya en otro despropósito, como en una travesía por el desierto, en otra ‘tomadura de cabellera’ y, en fin, en algo casi casi utópico, imposible. Todas estas operadoras tienen, efectivamente, unos teléfonos que pomposamente llaman ‘de atención al cliente’, o una página web equivalente. Pero este, es otro camelo, otra mentira. Llama uno –volvemos a pecar de incautos y de ilusos- a unos de estos teléfonos para solicitar educadamente la baja, y…, sistemáticamente, una fría máquina, un contestador, ‘nos atiende’: ‘Si quiere Vd. contratar un nuevo servicio, pulse 1; si lo que desea es una factura detallada, pulse 2; y si lo que pretende es que reparemos su ‘router’, pulse 3’. Desorientados, perplejos y confusos, le decimos a la máquina que lo que queremos es darnos de baja porque nos sentimos engañados. Y la monótona y fría máquina, nos reponde: ‘No hemos entendido su petición; por favor, diga claramente:‘si quiere Vd. contratar un nuevo servicio, pulse 1; si lo que desea es una factura detallada, pulse 2; y si lo que pretende es que reparemos su ‘router’, pulse 3’. ¡Oh, qué desesperación! Y cuando uno, imaginando todas las posibles soluciones para esquivar a la máquina, consigue hablar con una ‘humana’, esta, generalmente con un inconfundible acento latino-americano (que en absoluto molesta, por supuesto), le dirá que no puede darse de baja porque tiene un contrato de permanencia –que también venía en letra super-pequeñísima- de 1 año, p.e. En el mejor de los casos, le dirá que ‘le va a atender un gestor; espere, por favor’. Y entonces, ponen una repetitiva musiquita que dura y dura (sí, como esas pilas ‘Duracell’)…; y al cabo de un tiempo, que siempre se hace eterno, la ‘humana’ –u otra máquina- nos repetirá: ‘todos nuestros gestores están ocupados; siga Vd. a la espera; le atenderemos en cuanto nos sea posible’. Y vuelve a sonar la misma musiquita. Y este desesperante ciclo, se repite muchas veces. Y cuando uno está ya al borde de la histeria…, ¡al fin, un ‘humano’ al teléfono! ¡lo hemos conseguido! Pero, ¡vanas ilusiones! (¡qué incautos somos!): nada más comenzar la conversación, tratando de explicarle a este ocupadísimo gestor lo que pretendemos…, ¡zás!, se corta la comunicación y suena la señal de ‘comunicando’ ¡Nuestro gozo en un pozo! Hemos estado intentándolo, tal vez 15 o 20 minutos y ¡no ha servido absolutamente para nada!

Yo puedo decir, categóricamente y sin faltar a la verdad, que en una ocasión estuve intentando darme de baja de un servicio con una operadora de telefonía (no me atrevo a decir el nombre de esta compañía por si se querellan contra mí), por el método anteriormente explicado, llamando ¡continuadamente! -es decir: sin llegar a colgar el teléfono- ¡1 hora y 40 minutos!, y no conseguí darme de baja. Y en otra ocasión, muy recientemente, en la que no me funcionaba el ‘router’, pretendí que la suministradora del servicio me orientase en cómo ‘desfacer el entuerto’, y después de estar hablando con una ‘humana’ que se encontraba ¡nada menos que en Chile! (lo cual hace suponer, que allí la mano de obra es mucho mas barata que en España), durante algo más de una hora, tampoco conseguí mi propósito. En fin, ¡vivir para ver! Sí, vivir para ver cómo ‘juegan’ con nosotros y cómo nos tratan como si fuésemos marionetas o estúpidos peleles. Con esto, demuestran bien a las claras el ‘cariño’ que nos tienen y que ¡les importamos un rábano!

Y recientisimamente, mediante unos de estos engaños o trampas, una operadora de telefonía (tampoco me atrevo a decir su nombre, claro), me ha cargado –o me ha usurpado, mejor- dos meses seguidos, ¡100 euros de más!, sobre lo que estipulaba el contrato, por un servicio de mensajería que en ningún momento he solicitado explicitamente. 100 euros que, en estos tiempos de tremenda crisis económica, ¡se notan y mucho!

Recuerdo también otra importantísima y poderosísima compañía operadora de móviles, de línea fija y de ADSL que,

durante muchos meses y a pesar de mis solicitudes o requerimientos de baja, me estuvo cobrando cantidades sobre los 50 €/ mensuales, por dos líneas de móviles de las cuales, una ¡ni existía! (Esto, corroborado por una Srta. de la propia compañía, que ‘de motu propio’ , en un arrebato de sinceridad que le honra, me dijo que esa línea no existía. Y yo, el supuesto móvil, tampoco lo tuve jamás, claro). Ya desesperado, escribí por 2 veces sendas cartas certificadas y con acuse de recibo (que tengo la certeza de que llegaron a su destino, porque venía firmado el ‘acuse’ por un empleado de la citada compañía con su nombre y su DNI), en las cuales volvía a solicitar la baja de las dos supuestas líneas; y la amable ‘contestación’ a estas cartas, no fue otra carta ‘concediéndome’ el gran favor de la anhelada baja, sino…, un nuevo recibo ¡extratosférico! (Creo recordar que de unos 140 euros). Fui a ‘Consumo’ a denunciar el hecho; y me redirigieron a la Policía Nacional. Pero, un amigo mio, abogado, me dijo que no me molestara en denunciar tal abuso,

porque no servía absolutamente para nada ¿La solución?..., ¡me negué a pagar ninguna factura más! Y, la verdad, me encantaría que me llevasen a juicio, porque conservo copia de todas las cartas y de todos los recibos y…, ¡me iba a ‘despachar’ a gusto! Claro que, ¡con esta Justicia que tenemos!...

En cuanto a la página web que algunas operadoras mantienen, son como alharacas, como fuegos artificiales, para encandilar a los clientes y para hacernos ver cuantísimo se

ocupan de nosotros y qué bien atendidos estamos. En alguna de ellas, incluso, nos animan a que dejemos por escrito nuestras sugerencias o nuestras quejas, ‘para de esta manera –dicen ellos-, poder mejorar el servicio y poder atendernos aún mejor’; y ofrecen un espacio, una ‘ventana’, en la cual se puede escribir un e-mail. Otra mentira. Yo he escrito en una de ellas, como 4 o 5 mensajes y a ninguno de ellos me han contestado; ni, por supuesto, se han mejorado las deficiencias que yo denunciaba ¿Para qué sirven, pues, estas páginas web?...

Menos mal que los banqueros podrán cobrar –según disposiciones del Gobierno- un máximo de hasta ¡600.000 euros al año!, pero, eso sí, no más de esa ‘pequeña’ cantidad (Pues, ¿cuánto cobrarían antes?, se pregunta uno) ¡Que no está nada mal, por cierto! De manera, que vivan bien ellos y los políticos, y los ‘famosillos’ (tan en auge en ciertos programas televisivos 'del corazón'), etc.; bueno y, además, los miles de sinvergüenzas y de 'parásitos' que pululan por nuestra 'piel de toro'. Y ‘los españolitos de a pié’, ya saben Vds., ¡a apretarnos el cinturón! (Yo diría que, hasta que se nos salga el hígado por la boca. Pero no; no lo digo, porque ¡suena fatal!, ¿verdad?).

He escuchado más de una vez, que en España se denuncian poco o nada casos como estos que he citado. Pero es que, caso de tener intención de denunciar…, ¿a qué lugar o a qué organismo puede uno acudir?..., ¿quién nos escucharía y daría forma a nuestra queja, a nuestra denuncia o a nuestro recurso?...

Y por cierto, repito: ¿cuándo alguien del Gobierno se decidirá a poner coto, a poner freno –el de pié y el de mano- a tanta desfachatez y a tanto engaño con el tema de las ‘operadoras’?...

Nota.- Todo esto que aquí he querido expresar, no creo que sea ni ‘pecado’, ni calumnia, ni incurrir en falsedad. Solo me he limitado a contar la verdad, lo que está ocurriendo un día sí y otro también, y así lo denuncian o lo comentan los usuarios; he contado..., lo que he sufrido 'en mis propias carnes'. Y estoy seguro, de que miles de españoles, millones quizás, podrían corroborar lo dicho, dándome así la razón. Lo que ocurre es que, en muchísimas ocasiones, las verdades…, ¡escuecen! Pero, es igualmente cierto, que es conveniente –o a mi me lo parece así- que otras muchas personas conozcan todas estas…, llamémoslas benévolamente ‘irregularidades’.

                                                               Escrito por Raffaello

                                                    J16.Feb.2012

Y nada más terminar de escribir estas líneas, entro en Internet y me encuentro con esta nota o comentario, que les transcribo.

Las operadoras de telefonía suspenden en atención al cliente.

Publicado el 13 Junio, 2011 por admin

Las operadoras de telecomunicaciones, marcan la actualidad en España. Estas entidades encabezan las quejas de los usuarios por sus servicios, y han recibido en los últimos días críticas desde Bruselas, hasta el punto de que el ejecutivo europeo se plantea una nueva legislación que ponga tope a las tarifas. Y ahora, y como eran pocos los frentes abiertos, se le suman a estos factores la riña del gobierno nacional.

Parece ser que el gobierno español está decidido a usar mano dura contra la falta de diligencia de las operadoras de telefonía en su servicio de atención al cliente.

No deja de ser paradójico que este servicio sea el punto débil de un sector que basa su potencial en la comunicación en sí misma. Y que precisamente sea la mala comunicación lo que le genere tantos problemas. Por lo que se ve, internet y sus múltiples aplicaciones, como bien puede ser la mensajería instantánea, la tecnología VoIP o las redes sociales, no le sientan muy bien a un mercado que las sustenta y promueve.

El secretario de Estado de las Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, Juan Junquera, ya ha avisado de que se han abierto sanciones en estas competencias, al mismo tiempo que ha amenazado con seguir en esta línea de actuación. Aunque Junquera no ha llegado a facilitar los nombres de las entidades expedientadas.

Por otro lado, el responsable de telecomunicaciones ha animado a denunciar cualquier tipo de atropello por parte de las operadoras, y ha criticado el precio de SMS y de la transmisión de datos, salvando de la quema los precios móviles de voz.

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Todo lo cual, corrobora lo que yo he comentado anteriórmente.