miércoles, 23 de marzo de 2011

La doble moral y la gran hipocresía.-  /

    Ambas, en diversos escenarios, aparecen por igual y con demasiada frecuencia en este absurdo, inmoral y loco mundo en el que vivimos. Pero, citaré un caso de todos conocido y muy reciente: la intervención en Libia de la llamada ‘Coalición Internacional’ (formada por EE.UU., Francia, Reino Unido, Italia y España, comandados por la ONU y bajo los auspicios de esta, y amparados además por la Liga Árabe).
   Y esta acción de la Coalición, podemos desglosarla en dos objetivos principales: uno, el establecimiento de una zona de ‘exclusión del espacio aéreo’, con el control de este –se entiende que es la amplia zona aérea que comprende el cielo de Libia-, con el propósito de evitar que la aviación de Gadafi ataque a las tropas sublevadas o rebeldes y, en general, a la población civil (algo que, bajo las órdenes del coronel, se hace  bombardeando indiscriminadamente, y ocasionando cantidad de víctimas mortales, hombres, mujeres y niños); y dos, el ‘embargo naval’, que  mediante buques de guerra de la OTAN se propone, patrullando las costas líbias y esa zona del Mediterráneo, y también mediante una severa vigilancia aérea, que Libia no pueda adquirir y hacer llegar a su territorio para abastecer a sus ejércitos, ni de mas mercenarios ni de más armamento de todo tipo, que reforzarían lógicamente su potencial militar y que, no cabe duda, alargarían el conflicto bélico, los ingentes gastos de la operación militar -que parecen no importar demasiado a unos y a otros, pese a la tremenda crisis económica que atraviesa el mundo- y, lo que es infinitamente peor, aumentaría las víctimas.

    Respecto a lo primero, proteger a la población civil, en principio parece todo muy loable y muy correcto; pero no hay que olvidar que también los bombardeos de la coalición que, a priori intentan alcanzar solo objetivos militares y sobre todo eliminar o inutilizar las defensas antiaéreas de las tropas de Gadafi y sus bases aéreas, también están provocando víctimas entre los rebeldes y… entre los civiles. A todo ello, se le quiere revestir ahora con que es una misión 'de tipo humanitario'. Bien, aceptémoslo bajo este prisma tan altruista y tan bonito. Pero aquí los muertos se cuentan –de momento- por decenas de unidades, y… los abortos –que es donde yo quería llegar-, solo en España, se cuentan por ¡decenas de miles! cada año. Y tanto los muertos en Libia –sean tropas de Gadafi, como rebeldes, como civiles-, como igualmente los 'no nacidos' en España, son –aunque la inculta ministra Aido, opine otra cosa- seres humanos (aunque, eso sí: en diferente fase de evolución). Y para mas escarnio, al mencionar los muertos en Libia, se habla de barbarie, de masacre, de genocidio…, de algo ¡absolutamente intolerable!; pero, ante los miles y miles de abortos (112.000 en nuestra querida España en el año 2009), todos –o casi todos-…, callan y se avergüenzan (aunque algunos nos recordarán, que es una avanzadísima ley 'social' –la del aborto-, a favor (¡!) de las mujeres y que es tremendamente ‘progresista’), o miran para otro lado, o agachan la cabeza, o se pronunciarían con el clásico N/S N/C (‘no sabe, no contesta’) de las encuestas. Es decir, que por unas decenas de víctimas, el mundo entero se muestra horrorizado y se moviliza -y nos parece ¡maravilloso! que así sea-; pero, por unas decenas de miles de 'otras muertes', nadie se inmuta, y tal vez, lo más que provoque esta noticia, estas escalofriantes cifras, sea la mas absoluta indiferencia y... un gran bostezo  ¡Vivir para ver!¿Es o no es esto lo que el título de este muy sencillito y humilde comentario pretende expresar?...




    Y en cuanto al ‘embargo’, o al impedimento para que puedan llegar nuevas armas a Libia, nos parece una idea perfecta y muy estratégica, una medida elemental. Pero habrá que recordar a propósito de todo ello que, algunos o varios de estos mismísimos
países o naciones que ahora luchan decidida y denodadamente y con todas sus fuerzas para que se cumpla este objetivo, son… los que previamente y durante años, han estado vendiendo armas de todo tipo –porque es un negocio muy goloso y muy lucrativo; y porque, de paso, además de ‘hacer caja’ se desprende uno, ante la aparición de armamento mucho mas innovador y destructivo, de armas ya casi obsoletas o ‘antiguas’- a Libia (y a otros muchos países); y han contribuido así, decisivamente, a que Gadafi -y otros muchos jefes de estado- haya conseguido tener los ejércitos y la enorme fuerza militar que ahora posee. Indudablemente, es –o me lo parece a mí- un descomunal contrasentido, sí. Pero, además, repito…, ¿es o no es esto lo que el título de este pequeño comentario pretende expresar?...



                                                                                                 Escrito por Raffaello

                                                                                                          X23.03.2011

No hay comentarios: