sábado, 4 de diciembre de 2010


La madre... ¡Un sí al amor!    /
     No existe un amor más desinteresado, más estable y armonioso, más heroico, más puro y más auténtico, que el de una madre hacia su hijo. Decir madre, equivale a evocar la comprensión, la dulzura, la ternura, la entrega más desinteresada y apasionada, el sacrificio constante y generoso… ¡el amor!

    ¡Cuánta ilusión con ese hijo, carne de su carne, que comparte intimamente durante meses y al que inundará de besos y caricias con los primeros rayos de sol! ¡Cuántos desvelos y cuántos sufrimientos en esas interminables y crispadas noches ‘a pié de cuna’, cuando aquella frágil criatura soporta una fiebre de órdago o se debate angustiado entre toses y vómitos!... Pero esos ojos, tal vez cansados de la madre, esa vigilia interminable, esa angustia superada, esconden siempre unos bríos renovados, una insospechada e increíble fortaleza, una fe inquebrantable, una tremenda ilusión, una constancia y un afán de superación que son ¡un milagro!

    Ella, la madre, es ese candil permanentemente encendido, siempre alumbrando en la obscuridad…; es, ese suave bálsamo no superado; esa puerta siempre abierta; esa desinteresada ayuda que siempre necesitamos; ese segurísimo refugio; esa perenne ilusión, esa fuente de verdad y de sabiduría, experiencia acuñada durante muchos ratos de soledad y de tensión, durante muchas noches de insomnio y de cansancio… La madre, ¡esa gloriosa mujer que nos da cada instante del día y de cada día, todo su afán, su entrega, su inmenso e infinito cariño, su grandioso amor!

    Ella, la madre, es la íntima y fiel colaboradora en esa impresionante obra de la concepción y del nacimiento de una nueva vida… Ella, está así mas cerca que nadie del Creador… Esa incipiente vida que late en su seno, es la asombrosa obra de Dios; pero, es también la jubilosa obra de cada madre. Y esa íntima unión durante nueve gozosos meses, madre-bebé bebé-madre, es algo singular, único, perfecto, ¡maravilloso! Algo que, por supuesto, solo Él pudo imaginar y crear.

    (Desde aquí, nuestro no más firme, más enérgico, más rotundo y categórico, a la vileza que supone el aborto, verdadero asesinato de seres absolutamente inocentes y absolutamente indefensos. Y un añadido: por si alguien no lo sabe: decir que está comprobado por la ciencia, que esas madres (¿) que en su ignorancia, su cicatería o su comodidad deciden abortar, quedan en un altísimo tanto por ciento perturbadas psíquicamente, y tal vez con carácter irreversible y definitivo).

    Como final, ¡un sí a la vida!, a esa maravillosa obra del Creador que son los hijos. Y un sí, con nuestro cariño, nuestro agradecimiento, nuestro más profundo respeto y nuestra admiración, a esas madres que nos han dado todo su amor y que nos han dedicado sus vidas, sin esperar quizás ninguna ‘recompensa’, sin esperar nada a cambio... Tan solo, nuestro recíproco cariño, nuestra gratitud, nuestra admiración y nuestro respeto. Y todo ello, de ninguna manera debe ni puede faltarles a ellas, ¡ni un solo instante de nuestras vidas! Por las madres, por ellas, por lo decisivamente importantes que son y por lo que representan, ¡un sí al amor!

    (En la imagen, 'Güisy', mi hija mayor, con David, su primer hijo).

                                                                                           Escrito por Raffaello
                                                                                                     Agosto 2009

2 comentarios:

My dijo...

"ese suave bálsamo no superado,..."

qué bonito papá, cuántisima dulzura se arrulla en tus palabras.. reflejo inevitable de lo que eres tú.

madre o padre.
soy sangre de vuestra sangre.
los dos estuvisteis a pie de cuna, sufriendo de la misma manera, dandome el mismo cariño y seguís haciéndolo de la misma manera los dos.

Os adoro con todo mi corazón!

Güisy Pérez-Cuadrado Señoráns dijo...

Ser madre, y padre, es tener la magnifica suerte de saber lo que es amar sin limites, entregarte sin hora a sus necesidades, ...no tener tiempo para darte cuenta de ti misma.

Ser madre, y padre, es ...seguir viviendo en mis hijos, tener "más vida" de ellos filtrándose por los poros de mi piel.

No estar sola. Ser un todo.

Coger a tus hijos cuando acaban de ver la luz, es ...una sensación explosiva y colmada de emociones que no se pueden explicar para que nadie las entienda. Hay que ser madre o padre para saberlo.

"Tengo 3 almitas a las que cobijo y que me cobijan. "